Llegué a la sala de fumadores.
Escogí un cigarro mío / lo coloqué en labios
con fingido placer:
Cerillas (a millares surgir)
se extendieron incandescentes.
Encontré mi propio fuego
(porcelanas de satisfacción en sonrisas chinas).
¿Quién separó el durazno de la amapola
y los invistió de cualidades morales?
Señor M...? lo estábamos espegando
dijo la azafata de Air France
con ojos más brillantes
que los ojos de Bonaparte.
A la izquierda sentábase un personaje de barba espesa y cabellos largos. Su mirada turbia detestaba cada minuto en la sala de preembarque. Él prefería estar en la playa de Ecuador con un cóctel en cada mano. Todos lo preferíamos, pero Él era el único que tenía consciencia de ello.
Ante mí estaba el portal
de metales y vidrio,
increíbles pájaros dorados
emergían cada dos o tres pasos...
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GMV 2oo9
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wow! un poema-noticioso sobre nuestro acontecer actual.
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