el sexo idiota

Ésta es nuestra colección de textos. Sexo Idiota es un grupo literario abierto. Nos reunimos de forma itinerante y poética en varios lugares de Quito.
Tenemos un zine (publicación) y hacemos recitales/open mics.
Si quieres unirte escribe a sexoidiota@gmail.com

sábado, 30 de mayo de 2009

el maíz

después de veinte y siete años se dió cuenta que no interesaba el juego sino lo bonito del campo.


TG
2009 05 28

there are no shortcuts for love

en esta ciudad de hondonadas cúspides
solo hay medias nylon doradas
para pieles rotas
piernas desnudas
para reformatorios
tajadas en el rostro
escupitajos que se imprimen en la cara

suicidios célebres
matrimonios fúnebres
divorcios infantiles

there are no shortcuts for love

for no man



Truly Gómez
2009 05 27

miércoles, 27 de mayo de 2009

todas esas meretrices deformadas que nos pueblan

con el paso de los años
de la gloria despellejada
el carcelero ruin de tu saliva
me salpica
me humilla

el carcelero ruin de tus pupilas
se hace un lago amargo
y me trago tu aspereza

tu corteza se vuelve helada
se cortan las venas chuecas
cobra sentido el desprecio
el rigor del desprecio que sentencio por tus sentimientos

todas esas meretrices deformadas que nos pueblan
hacen huecos en lo que
de otra forma sería
una saludable selva
y nos dejan pobres
miserables
y humillados

con esos tacos altos
esos tacones salados
con su puta vida
su puta entrepierna
sus putos labios
su puta mermelada de morales aprendidas a la luz del sol
y olvidadas cada vez
que cierran los ojos

al ser penetradas

por el maligno


Truly Gómez
2009 05 26

amor4

esta nota que tengo por una susana que no conozco
esta prisa por acabar temprano la jornada
la cartelera en blanco de un cine sin visitas
la casa de visitas con olor a medias rosa

casi un acto fílmico comercial pastiche
una cascada de typos
el zambullirse de un gato al que le han roto la columna vertebral

el nido
el nicho
el squeaking del colchón
el acto de besarse con alguien
en algún lugar
por alguna circunstancia imprevista

la belleza de lo pasajero de la belleza
el campanario kitsch en el matrimonio


Truly Gómez
2009-05-20

fresas con sonidos de T-rex

fresas con sonidos de T-rex
que calientan la falta de paciencia del caminante promedio
fresas con sonidos de T-rex
que cuentan las demandas de juicio por alimentos
fresas con sonidos de T-rex
que sirven tequilas en bares para desconocidos

construyen caldos de pollo con páginas de revistas de rock n roll
destruyen esqueletos románticos de bebés a punte canicazo

manipulan el calcio y retuercen la torcida
comen fideos precocidos
usan vinchas para reciclar

usan manoplas rex plastics
para empapelar


Truly Gómez
2009-05-20

medianamente feliz


medianamente feliz
al cabo de un año de la muerte de mi abuelo
los videos rotos de la familia en la lluvia en el entierro
son persianas clausuradas
de una habitación espaciosa
en la que ya solo hay silencio

medianamente feliz
frente al cartero infante
ante la noticia nueva
el candelero encendido
y el albor de un bisnieto

medianamente pobre
medianamente restaurado
me pongo los trajes de mi abuelo el obrero
me pongo sus manos de hierro
y sus zapatos

y camino
con un caminar dulce y relajado
aumentando con cada bocado de aire
el amor por ese viejo amado

y le digo
en la cara
un susurro
es la vida humana


Truly Gómez
2009-05-14

Máxima

el principio de la palabra
que se guarda
no se salva
y no salva nada


tg

small town fella with somewhat of an education

Con el objetivo último de no lograr nada
me plantaron aquí
sin semilla

en esta localidad no-localizable
en esta patria no-entendida

y no me di cuenta sino hasta cuando los avisos me prohibían el paso

valiéndose de sus pocos instrumentos
marcan el territorio
lo que sobra de estas nacionalidades

y una construcción de fundas negras y rosarios me abrió camino

surco pendejadas
con aire de don juan
me avalanzo en la calzada
compro, con mis dos centavos, un pan

y la pobreza y la pereza dan pies a unos pies de oro

set your time machine
set your clocks
count
count

we try to count

set the wool off of your eyes
place the cool tribe ride around your spine
use the tube dude to recognize
find de find-o-matic machine
to ride

like the small town fella
with somewhat of an education

you are


Trully Gómez
2009-05-06

sábado, 23 de mayo de 2009

SENZA DI TE


Como una devastación y un franqueo,
las heridas de la tarde delinquen las costuras.

Algo está quebrado,
los vacíos del espanto son puertos fúnebres
en los desvaneceres de tu vientre.

Algo viene a mi que asesina el futuro,
nos queda una soledad tortuosa
y un frasco de absente sobre la mesa de noche
que procura vigilia.

No queda mucho por decir, y sin embargo
las alucinaciones postreras han quebrado costillas
y han saqueado grutas,
yo que ya no tengo sino rencor
del asco del mundo.

Hay un desdentado que camina sobre nosotros,
cadáveres acostumbrados a ver el infierno desde abajo,
dos incisivos sosteniéndose del vacío
como una máscara sorprendida asistiendo a su propio entierro,
famélico,
su propio montón de huesos apilados sobre un panteón romano,
donde se hunden las palabras.

Un temblor permanente
de perderte y borrar mi imagen,
disoluta a los ojos de los hombres
devastada a los propios,
ruinas ancestrales de una marioneta
que jamás hecho a andar.

El dolor del mundo está posado en tus ojos
y yo solo encuentro escarabajos para defenderte
de la peste.

La piel se confunde en la cicatriz,
ya las hordas de los ejércitos ajenos
reclaman el féretro infractor,
los deudos de los muertos y
sus trastos inútiles,
la nostalgia de la que se alimentan los leprosos.

Una vida que se consume en una sílaba,
mientras el hijo alcohólico asesinaba
con la misma precisión como pisaba colillas

Ningún rastro que nos encuentre,
ningún fulgor de llamado,
ninguna voz.
Solo niebla,
solo deseo de pretender sin entender,
solo pasmo sobreviviendo a la ceguera,
fiebre anunciada como alimento
en la mirada austera del venerar,

Un fantasma como el mío no le teme a la muerte,
pero si a dejar de sentenciarse en tus ojos,

amor,
no me dejes morir sin volver a verte.

sábado, 9 de mayo de 2009

Requiem

Al golpear contra el suelo su cabeza produjo un ruido seco, la sangre empezó entonces a formar un pequeño camino que se metió a una pequeña grieta de la acera y que luego tuvo como destino final la alcantarilla.
Mientras, María contemplaba desde arriba. Piso 6, una terraza vacía, no hubo testigos. Parecía que tan solo pasaron unos cuantos segundos entre sentir el corrientazo de peligro en su espalda y ver como ese hombre con las pupilas dilatadas y balbuceando obscenidades salió de atrás de los tanques de agua para abalanzarse sobre su cuerpo. Ella no pensó dos veces y de una patada le alcanzó la cara, vio que el extraño perdió el equilibrio y protegiéndose la cabeza siguió pateando con todas sus fuerza hasta arrinconar al sujeto justo en el borde de la terraza, bastó un empujón y el resto fue verlo caer y caer en un inexplicable silencio que tan solo fue interrumpido por el sonido de su cráneo roto.
María siempre se había preguntado como reaccionaría ella en caso de darse la presente situación, jamás se imaginó que tendría la fuerza ni la voluntad para defenderse así.
Cuando bajaba las gradas de dos en dos empezó a sentir nauseas, al llegar al segundo piso entró corriendo a un baño para el personal del edificio y vomitó todo lo que había almorzado. Lo que más odiaba de vomitar era esa impresión de vacío que le quedaba en el alma, donde quiera que esta se encuentre.

Ya en la calle alcanzó un taxi que viraba por la esquina siguiente, le pidió al chofer que le llevara al Parque Inglés. Cuando llegó María encendió un cigarro y se sentó en la banca donde desde hace más de 15 años se sentaba cada vez que estaba asustada. No quería ir a su casa pues sabía que nada más llegar sus padres empezarían por preguntar por qué llega tan tarde y si se da cuenta de lo esforzados que son ellos y lo desconsiderada que es su actitud. Así que se quedó en el parque, la banca le era tan familiar que percibía su roce casi como una caricia consoladora. Sentía como la adrenalina poco a poco iba dejando paso en su cuerpo a un horroroso temblor de piernas, las lágrimas comenzaron a subir por la garganta y en fuertes sollozos fue sacando de sí misma todo el terror, el sentimiento de abandono y la estúpida culpa que sentía por no haber pedido auxilio; de alguna forma se fue acurrucando en la banca y dejando su mente en blanco se quedó dormida.

Despertó cuando clareaba el día, su abrigo estaba tan helado que parecía mojado, en el parque no se encontraba un alma; María se preguntó cómo había podido dormirse ahí en ésa banca en medio de la soledad rodeada de árboles y el murmullo de la ciudad; se incorporó y caminó hacia su casa al otro lado de la calle, al pasar por la garita del guardia del condominio en el que vivía vio que éste dormía un sueño profundo y pesado, no la oyó entrar, todo parecía indicar que la sensación de seguridad de los vecinos del condominio no era más que eso: una sensación.
Una vez en su habitación María intentó dormir, la posibilidad del insomnio le horrorizaba, lo único que quería era dormir, dormir y olvidar. Dos horas más tarde la presencia de su madre que le cobijaba le despertó, sus piernas le dolían con un dolor profundo que iba hasta el hueso, era el frió del parque y el susto que se habían instalado en su cuerpo.
Luego de bañarse y vestirse se miró al espejo, y se dio cuenta con miedo de que se había puesto la ropa que le hace sentir fuerte, ella que solo quería olvidar lo que la noche anterior había pasado, ella, inconscientemente, se estaba preparando para otro día de lucha. Salió de la casa con la sensación de usar un disfraz.
María miraba su sombra pensando en lo frágil que era, estaba cansada, cansada de estar en esa casa que no sentía suya, cansada de pensar que la gente que le rodeaba de alguna forma le negaba la posibilidad de ser débil, de derrumbarse (María tienes que ser fuerte, María tienes que cumplir tus metas, graduarte, tener éxito, no te puedes quedar embarazada, no puedes tener vicios, da el ejemplo, etc.), injusto, malditos sean ellos solo alimentan una rabia grande dentro de mí misma que me come el alma.
La percepción de la justicia tan solo es eso: una percepción.

María en la universidad está encerrada en cuatro paredes, en 430 paginas que tiene el texto de historia de América Latina, en la pregunta que el profesor lanza sin estar seguro de la respuesta... En la calle es alguien que camina solo, su soledad constituye el casco y la armadura para enfrentar lo de cínico y descarnado que la realidad tiene, demasiado duro esto de vivir.
Cada piropo o patanada venida de rostros sin nombre en la calle le molestan tanto que le duelen, quisiera regresarse, no hacerse la sorda, contestar algo más obsceno, ofender, golpear. Malditos sean ellos otra vez, yo que me siento tan débil, siento el vivir como una carga, los días no cuentan para mi.
Ser débil, vulnerable, para María es aparentar, solapar su fuerza, hacerse el juego; resistir y mantenerse viva en el cotidiano tan solo servía para sorprenderse a sí misma.

Irónicamente, y gracias a este juego de sorpresas, María cree en la vida, pero en la vida fuera de ella, su optimismo es un eje diametralmente opuesto a su vida misma, ama la naturaleza, tiene fe en el señor que vende el periódico, en el agente de transito que ve todas las mañanas, en las grandes luchas, en la gente, aunque ella no se sienta parte de eso llamado gente.
Para ella tan solo la lucha vana, está segura que va a perder.

María cruza una y otra vez las calles que le llevan al sector donde se encuentra la Universidad, al salir de clases siente como si respirara otra vez, pero al cruzar la puerta blanca que da a la calle le entra un miedo gigante, todo un recorrido de ciudad ajena antes de llegar a su casa y sabe que cuando este ahí, volverá el delirio ambulatorio y querrá salir y así en círculos de angustia que no acaban. Se sube un bus marca Mercedes Benz placa no. PIR 879 Cooperativa CATAR, ese tipo de detalles le anclan la existencias, le aportan algo de real; María casi nunca toma este bus, pero ya estaba harta de la conversación tonta y comprometida socialmente de sus compañeros y cogió el bus que primero asomó por la avenida, 15 minutos más tarde se da cuenta de que acaba de pasar por el edificio de la noche anterior, un afán por comprobar el espacio hace que se baje del bus y se quede mirando, absorta, la silueta que hay dibujada en el piso, se imagina que al recoger el cadáver los policías marcan la silueta y toman fotos y huellas, esas cosas que se ven en las series gringas que ve en la tele su papá; pero que estúpido es pensar eso si es obvio que en esta ciudad de mierda a la gente no le importa ver un muerto tirado en la vereda, seguramente lo encontraron hoy ya entrado el día y no se lo llevaron enseguida porque con la cantidad de borrachos tirados que amanecen en las calles uno más no llama la atención, y cuando se dieron cuenta de que estaba muerto los presentes en el hallazgo, luego del susto y la primera impresión, se alegraron de tener algo interesante para contar.

María tiene la plena certeza de que ayer nadie le vio entrar ni salir, milagrosamente, el guardia de recepción del edificio no se encontraba en su puesto, ella paso de largo, el ascensor estaba vacío, tenía un nudo en la garganta que aumentaba de tamaño conforme iba subiendo de piso, en el piso 3 casi se arrepiente y manda a parar el ascensor pero siguió; un suicida no termina de serlo hasta que logra su cometido, antes es una persona que piensa en la muerte, en la suya. Maldita sea yo quería morir y lo único que logré fue hacer que otro muera.

Cuando llegó a la terraza se sintió como quien llega a un lugar familiar, pese a haber estado varias veces en el edificio, María jamás había estado en la terraza hasta la noche de ayer, hace dos años que José se había ido, el departamento estaba vació, ella no había vuelto desde esas fechas, curiosa inconsciencia decidir conjurar la muerte en el lugar donde había vivido tan intensamente.
Desde la terraza María contempla como la tarde se va, ya no siente el alborozo ingenuo que sentía cuando era adolescente y miraba el crepúsculo, ahora sólo es algo lindo en lo que de vez en cuando se fija.
De lo sucedido anoche no cala nada aún en su consciente, es como si tuviera que incorporarlo al cotidiano para que sea real; es por esto que vuelve al edificio, y se queda en la terraza mirando la tarde y recordando como pasaba
horas enteras con José mirando el cielo en su cuarto.
El vacío empezó cuando él se fue, luego no ha hecho más que agrandarse dentro de sí, llenándola de nada.
No ha tenido noticias de él desde hace meses, cuando ella cayó en cuenta de que sus mails y envíos no eran más que estirar estúpidamente el recuerdo, querer seguir creyendo en algo que ya no es. José llamó una o dos veces hasta que luego pareció entender lo que quería decir su silencio.

Ahora María cansada de tanto ayer y ya que la tarde terminó su agonía se va, al pasar por el puesto de recepción el guardia, reconociéndola, le saluda y le pregunta si se confundió, que ya toda la familia salió para el Cementerio; ella se queda mirando sin poder entender lo que dice, hasta que el guardia al fin dice la cadena de aclaraciones que obligadamente tiene que venir luego de semejante mal entendido del destino:

-¿Qué no esta enterada? Y mirándola con pena agrega,
el jóven José falleció ayer, le encontramos a la madrugada tirado en la calle con la cabeza y el cuerpo rotos, se había lanzado desde la terraza, nos pidieron a mi y al guardia del turno de la noche que no digamos nada pero yo le comento a usté que los de la policía decían que había estado drogado antes de lanzarse, pobre, no eran ni dos días de haber vuelto y pasa esta desgracia, pero así es la vida, uno nunca sabe dónde termina.

domingo, 3 de mayo de 2009

tirar comer dormir

tirar comer dormir contigo
tirar comer contigo escapar
tirar comer contigo ponerse un bar
tu puedes estar de mesera
yo puedo ser el chef
nuestro socio puede vender marihuana
tu mamá puede ser una simple mujer

las sesiones estrambóticas que sucedan en nuestro lugar
van a tener antecedentes legales de vagancia y de maldad

tirar comer contigo
dormir sobre los quehaceres
tirar comer contigo
dormir sobre nuestros quereres

pariremos varias patas
orejas
cabezas
y temporadas

comeremos tantas desgracias
acompañadas con limonadas

descansaremos entre cristales rotos
y escobas sucias y trapiadores

seremos los señores de nuestra calle
seras mi señora
y la de todos mis amores



Truly Gómez (estoy enamorado)
2009-05-03