es la caminata de todos los días, es el respirarte cada vez, es la fuerza del mundo bajo y sobre mis pies, es la promesa que decidí cumplir hasta el fin de mis días, es la palabra regada sobre el jardín, es el agua corriente, es el susto en la calle y en la selva, me pide que siga, despierte, te busque, me busque, busque todo y nos busque hasta nunca encontrarnos, pues, porque ya nos encontramos hace fu y lo olvidamos, deshacemos el castillo de arena que armamos otra vez, tantas veces, el tiempo se ajusta a sí mismo, a nosotros, reloj de arena mutante, impredecible y tranquilo como respiración, como sueño desleído y recobrado, entre tantos sueños con que deformamos el tiempo o lo informamos y nos informamos hasta tener mucho y poco al mismo tiempo, cuánto quieres que te diga o nos diga o me diga dueños de todo y de nada, tantos días escribiendo sobre la arena y borrarnos, sin miedo ni esperanza, deseosos de un mundo nuevo, todos los días irrepetibles como los sentimientos diversos en las mismas canciones, en los repituches del tiempo, tantos repituches engañan al tiempo, sueñan al tiempo y escapamos o no o solo escapo yo o solo tú y nos engañamos engañando al tiempo, tanto tiempo de engaños infinitos, interminados, tantos sueños que se volvieron recuerdos, sueños nuestros, tuyos, tan sensibles y olvidados como el viento inevitable, el polvo, la arena inconsciente de nuestras historias en su espalda, espalda de la tierra, espalda de sueños, caricia del mar viajero, destino de los navegantes que dejaron el tiempo en casa, como un recuerdo, como una nostalgia, cuánto dolor provoca el regreso necesario e imposible, cuál ilusión de que la muerte no existe, ni el cambio, ni el tiempo, cualidad de engaño que tienen todos los espejos y fuera de ellos nos transformamos, como se transforma a sí mismo el tiempo, en palabra de otro, somos testigos del otro más que de nosotros mismos, somos testigos de nosotros y de otros, como el mar es testigo de la arena y viceversa y en su amor ambos testifican por el otro, con el otro, contra el otro, hacia el otro, defienden su palabra, defienden su vida y su muerte, su memoria de ellos, de nosotros, lectores de sueños, escritores de sueños, constructores de sueños en la arena
Don D. Dantés
me gusta que le hayas entrado al parrafo largo. es chevere esa dinamica.
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