un día me levante
queriendo que fuera la hora correcta
y al no encontrarme en la misma
atrasé la hora
en la que me dormiría
pero me levante en una tierra extraña
donde toda la gente estaba ausente
y me dolía la cabeza
los ojos me sangraban
y no sentía las piernas
desperté congelado
con el reloj despertador encendido
pedí un trago
mientras aún dormía
para no quedar encerrado
fui atrasando el sueño
estirando las sábanas
conociendo los rincones de la noche
de memoria
empecé a ser un turista
en los supermercados
un super héroe
de las calles vacías
el rey de los sueños
que no nacían
y me encontré hablando solo
esperando el bus en la parada
recogiendo caramelos
de máquinas
para poder almorzar
a media noche
hice el amor con los cangrejos
que aparecían
mientras se me cerraban
los párpados
a eso de las dos de la tarde
la vieja con la que vivo
me ha pedido que identifique el problema
que cambie de agua
o deje de bañarme a la madrugada
que mi profesionalismo
artístico
se adapte a su schedule
ella duerme como sirena
amarrada las piernas en la mañana
mientras yo me orino
porque no tengo nada más que hacer
cuando debería estar ocupado
pero no puedo
porque me sangran los ojos
y no siento las piernas
en esta pesadilla es divertido
despertarse
esperando el domingo
pero encontrando en su lugar
una tarde sin deberes
con angustias pasajeras
propias de habitantes que viven
en el reloj
no en las arenas movedizas
de estos días de 36 horas
en los que siempre es propicio escribir
la soledad de los tormentos
o de los juegos
imaginarios
como teteras jóvenes
implantes de oído para el silencio
acompañares de cobija
y almohadas de cal
que incrustarse entre las piernas
con el sonido predilecto
del timbre
o del teléfono
con la cortina a media asta
y los papeles pegados
a la saliva seca
que sangra de los ojos
llenos de arenas movedizas
que conozco como carachas
o lagañas
pacíficas lagañas
oniritorrinco
11/13/10
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